Huella de carbono aquí, huella de carbono por allá, lo escuchamos por todos lados, y aun así no siempre queda claro…
La huella de carbono (HdC) es un concepto muy famoso y utilizado ampliamente en la actualidad. Para la población en general escuchar de ella remite inmediatamente al impacto negativo que nuestra existencia ocasiona en el medio ambiente.
Sin embargo, la cuestión de definirla en un concepto más acotado o entender profundamente su uso y funcionamiento es donde los problemas y las confusiones aparecen.
Así que empecemos por lo básico…
¿Qué es la Huella de Carbono?
Según Sebastián Galbusera, especialista en mitigación del cambio climático y huella de carbono de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires (UBA), la huella de carbono representa la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero que se emitieron a la atmósfera por medio de alguna actividad humana, que puede ser el consumo de un producto, un servicio, o por la acción cotidiana de una persona.
Si bien se podría escribir una vasta investigación para definir el significado de HdC, tomaremos el significado de arriba como válido, no sin intentar explicar a continuación el porqué de la complejidad de definir dicho concepto.
Origen de la Huella de Carbono
El concepto de “huella” empezó a utilizarse en la década de los 90’s, cuando en 1996 se publicó el libro “Our Ecological Footprint: Reducing Human Impact on the Earth” de William E. Rees y el Dr. Mathis Wackernagel donde se menciona por primera vez la “huella ecológica”, definiéndolo como la cantidad de naturaleza o recursos para producir los bienes y servicios necesarios para mantener el estilo de vida actual.
Ya con el concepto de “huella” en el vocabulario científico, se empezó a divulgar una idea que ya se intuía: las actividades humanas provocan daños, marcas, cicatrices o “huellas” en el medio ambiente.
Así, entrado el nuevo milenio, la compañía de hidrocarburos British Petroleum (BP) lanzó una innovadora campaña, saliendo a las calles para preguntar a la ciudadanía si conocía su huella de carbono.
En el comercial de BP se incitaba a las personas a calcular su huella de carbono personal, utilizando una calculadora especial para medir sus emisiones y encontrar formas de reducirla, todo esto bajo el lema, “es un comienzo”.
Así empezó la difusión masiva de este concepto, que a través de los años se ha popularizado, al grado de ser aceptada por gobiernos, organizaciones y universidades, sin embargo, a pesar de su uso generalizado, diversos investigadores reconocen que hasta hoy no existe una definición unánimemente aceptada por la comunidad científica y académica.
¿Cómo se mide la Huella de Carbono?
La huella de carbono se mide en masa de CO2 equivalente (CO2e o CO2eq). Esto se debe a que el CO2 es el gas más abundante entre los Gases de Efecto Invernadero (GEI) y se utiliza como referencia en la medición del resto de los elementos.
La huella de carbono (HdC) puede ser abordada dependiendo del enfoque o alcance específico, y para cada uno de estos enfoques existen diferentes protocolos o metodologías.
Los enfoques son:
- Enfoque corporativo
- Enfoque de ciclo de vida de un producto o servicio
- Enfoque personal
- Enfoque en eventos
- Enfoque territorial
- Enfoques específicos por industria
¿Cómo reducir mi Huella de Carbono?
Cada enfoque tiene su manera particular de ayudar a reducir sus emisiones de GEI, y por ende, reducir su huella de carbono.
En el caso individual, simples cambios en el estilo de vida como comprar productos sin envase, reciclar nuestros residuos o reducir el consumo de carne son decisiones que si bien podrían parecer pequeñas, a largo plazo generan un impacto positivo en el medio ambiente.
A nivel empresarial, la implementación de tecnologías verdes, el uso de energías renovables o el uso de materiales sustentables son acciones básicas para mitigar sus efectos negativos.
Sin embargo, cuando las industrias han reducido sus emisiones en toda la capacidad de su línea de producción, están pueden optar por invertir en bonos de carbono, los cuales ayudan a las empresas a compensar sus emisiones mientras financian y apoyan proyectos de protección ambiental.
Reducir la Huella de Carbono, una obligación para el futuro
Tomar acciones inmediatas y urgentes en pro del desarrollo sostenible, de la economía circular, de la transición a energías limpias y renovables y de la extracción sustentable de recursos, siempre de manera justa y socialmente responsable, son pasos primordiales para reducir la huella de carbono de los individuos y de las empresas.
Un planeta con aire, mares y suelos limpios es un oasis de salud, bienestar y crecimiento social.
La correcta medición de la huella de carbono, ya sea a nivel individual o colectivo, es una herramienta esencial para la lucha contra el cambio climático y ha demostrado, cuando es correctamente implementada, ser una parte esencial en la metodología de proyectos sustentables.
En definitiva, es deber de las empresas, los mayores emisores de carbono a nivel mundial, reducir y compensar su huella de carbono, sin embargo, cada individuo puede ser consciente de su impacto y actuar en su cotidianidad para ayudar a reducir su impacto ambiental y mitigar sus emisiones de carbono.