El cempasúchil (Tagetes erecta), también conocida como flor de muerto, es una especie de girasol nativo de México y Centroamérica. Además de su peculiar belleza, esta flor es de gran importancia para la cultura mexicana por su gran significado simbólico, histórico y cultural.
Pero sabías que además de su uso en la celebración del Día de Muertos, ¿su cultivo contribuye al cuidado del medio ambiente?
La producción del cempasúchil tiene una relación directa con el CO2, ya que 1 hectárea de cultivo de esta flor puede absorber hasta 20 toneladas de CO2 al año, lo que equivale a la cantidad que emite un automóvil de gasolina en 20 años.
Incluso hay estudios que afirman que la flor es capaz de absorber CO2 de la atmósfera después de haber sido cortada.
¿Pero cómo esta flor logra realizar semejante hazaña? Aquí te compartimos unos datos que tomar en cuenta:
- Es una planta que tiene un alto contenido de clorofila. Durante la fotosíntesis, la planta utiliza la energía del sol para convertir el CO2 y el agua en oxígeno y azúcares.
- Tiene un sistema radicular profundo, que le ayuda a absorber agua y nutrientes del suelo.
- La planta crece y muere rápidamente. Este ciclo de vida corto permite a la planta absorber una gran cantidad de co2 en un período de tiempo relativamente corto.
Por lo tanto, el cempasúchil es una planta que ayuda a mitigar el cambio climático, y su cultivo y uso en la celebración del Día de Muertos, además de brindar colorido e identidad a las tradiciones mexicanas, contribuye a la captura de CO2.